Simón José
Antonio de la
Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco -o solamente Simón Bolívar- tuvo un
papel importante en la independencia de Bolivia, Perú, Ecuador y Panamá. Además
llegó a ser presidente de Venezuela y Colombia, y dictador de Guayaquil y de
Perú. Sin embargo el aspecto más importante,
y por lo que actualmente es más conocido hoy, es por el culto que rodea
a su figura y personalidad.
CANTO A BOLÍVAR Letra: Claudio Moreno Palacios, Música: Zenón Eduardo U.
Es el canto guerrero de gloria,
que se escucha en lejano confín,
es la voz del clarín de victoria
de Pichincha, Ayacucho y Junín.
Como rayo de viva centella,
su figura resplandece en la cumbre;
desde el cielo de un mundo destella
el fulgor de su genio de lumbre.
En las lides poeta y soldado,
con su acero la lira vibró.
Y si ante Eros postróse admirado,
Marte altivo su sien coronó.
Coro:
De Bolívar, la memoria,
para siempre vivirá
en las fojas de la historia
que su espada gloriosa escribió.
¡Libertad! fue su grito guerrero
¡Libertad! con su espada selló
y al empuje de su límpido acero
cinco pueblos del yugo salvó.
Del Illampu al sin par Tequendama,
en su gesto sublime de Atlante,
en el carro triunfal de la fama
llevó siempre su enseña adelante.
Cual tormenta de fuego que arrasa,
abatió de Castilla el pendón,
y del gran Manco Kapac la raza
de tres siglos cantó redención.
Coro:
De Bolívar, la memoria,
para siempre vivirá
en las fojas de la historia
que su espada gloriosa escribió.
Se cree que dicho
culto comenzó con José Antonio Páez, quien fuera su sucesor como presidente de
Venezuela. Páez usó la figura del Libertador de América para conseguir
prestigio personal ante la sociedad, porque cuando Simón Bolívar aún vivía tuvieron
muchos y graves enfrentamientos. Durante el mandato de Páez se establecieron
estatuas de Bolívar por todo el país, y cada localidad dedicó una plaza a su
nombre.
En 1834 aprobó
una ley para que “la gente pudiera rendirle culto” y en 1842 logró repatriar
los bienes de Simón Bolívar a Caracas y establecer ocho días de luto en su
honor. Lo que no pudo cambiar fue el nombre de la ciudad –Caracas- a Ciudad
Bolívar.
A pesar de ser
Páez el primero, hubo otros gobernantes que siguieron sus pasos: Antonio Guzmán
Blanco introdujo la moneda “del Libertador”, la que posteriormente se llamaría
simplemente “bolívar”. También fue quien cambió el nombre de la Plaza Mayor de Caracas
a “Plaza Bolívar” y encargó a Italia una estatua para erigir en ella.
Otro de los
grandes personajes que le rindió culto fue el dictador Gómez Chacón, al igual
que Eleazar López Contreras, su sucesor, que nombró a su movimiento político
como “Cívicas Bolivarianas”.
Contrariamente
a lo que se pudiera creer, la Corriente Bolivariana no la creó Hugo Chávez. Este
fue todo un proceso político que comenzó inmediatamente a su muerte, propiciado
por antiguos gobernantes de Venezuela.
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